Según la Academia que preside José Manuel Blecua Perdices, las relaciones públicas se definen como la actividad profesional cuyo fin es, mediante gestiones personales o con el empleo de las técnicas de difusión y comunicación, informar sobre personas, empresas, instituciones, etc., tratando de prestigiarlas y de captar voluntades a su favor. Pero nuestro Ejecutivo no aprende la lección, y su ignorancia, que sólo un obcecado confunde con malicia, le devuelven un vaivén de cifras. Ya está otra vez la pata metida hasta el fondo. En el esquema enfermizo y excesivo, si bien casi carente de onirismo, que creo Orwell en 1984, se exponían las perturbadoras estrategias del Dios pagano y del juez supremo. El Gran Hermano informaba a sus conciudadanos regularmente de esa danza numérica que, en su excelsa administración, convencía a los doblepensantes de que cada informe de producción mejoraba al anterior. Si bien este novela explicaba los mecanismos psicológicos de la progresión como no lo ha hecho fenómeno cultural alguno, la clase política comprende, ancestralmente, la reverencia de las masas a la condición ambiciosa de la espuma. Puestos a dejar de lado la manipulación pública -que bien quede en un Plan B-, le pido nomás, como dicen al otro lado del charco, que haga ejercicio de pesimismo y dispense agoreros por doquier.
El Gobierno rectifica las cifras del paro bajo la tutela de Elena Salgado, su ministra de Economía, la suya y la de todos. La misma voz que pone el grito en el cielo cuando a algún tenebroso se le escapa el rescate, dice digo dónde dijo diego y ya avisa de que la previsión de desempleo en España andará en un 19,8% a finales de año, cinco décimas por encima de los estimado en los presupuestos iniciales. La Vicepresidenta segunda despliega, una vez mas, el discurso de realismo que parecía renquear hace unos meses, y atribuye a la subida de los tipos de interés y al encarecimiento de las materias primas, especialmente el crudo, la responsabilidad de los nuevos datos. Relativizar los medios no es tarea ofusca y será el exceso de realismo lo que jerarquiza las conjeturas de algunos analistas -entre ellos el Banco de España-, que preveen que la tasa de paro se situará en un 20,7% cuando lleguemos a los últimos meses del año, y no será hasta mediados de 2012 cuando se reducirá a un 20,4%.
El Gobierno rectifica las cifras del paro bajo la tutela de Elena Salgado, su ministra de Economía, la suya y la de todos. La misma voz que pone el grito en el cielo cuando a algún tenebroso se le escapa el rescate, dice digo dónde dijo diego y ya avisa de que la previsión de desempleo en España andará en un 19,8% a finales de año, cinco décimas por encima de los estimado en los presupuestos iniciales. La Vicepresidenta segunda despliega, una vez mas, el discurso de realismo que parecía renquear hace unos meses, y atribuye a la subida de los tipos de interés y al encarecimiento de las materias primas, especialmente el crudo, la responsabilidad de los nuevos datos. Relativizar los medios no es tarea ofusca y será el exceso de realismo lo que jerarquiza las conjeturas de algunos analistas -entre ellos el Banco de España-, que preveen que la tasa de paro se situará en un 20,7% cuando lleguemos a los últimos meses del año, y no será hasta mediados de 2012 cuando se reducirá a un 20,4%.
España peca, de entre orondo inventario, de tiempos buenos. Porque sí fueron mejores; y ahora el ciudadano se afana, cerrando los ojos, en saborear jamón de Trevélez cuando el bolsillo ya pide auxilio si es producto Campofrío.